Estamos seguros que muchos de vosotros y vosotras habréis oído hablar de la meditación y habéis visto como muchos lo practican. Nos vienen a la cabeza imágenes de personas con las piernas cruzadas, las manos en las rodillas y los ojos cerrados, pero... ¿Qué están haciendo realmente? ¿Descansar? Más bien todo lo contrario, la meditación es un ejercicio que está a medio camino entre un entrenamiento mental y un arte. En este blog os contaremos un poco más sobre la meditación, los beneficios de practicar este arte y qué es lo que necesitas para empezar.
¿En qué consiste la meditación?
Si prestamos atención por un momento sobre qué es exactamente la meditación, descubrimos que es una técnica que se ha utilizado en el mundo oriental desde hace siglos. Este arte es nada más ni nada menos que una práctica de autocontrol destinada a regular el cuerpo y la mente hacia un estado de relajación profunda. Es un estado de consciencia donde se observa el pensamiento pero sin pensar.
Es en realidad un proceso inherente en el ser humano que nos permite la regulación emocional y física, en resumen, consiste en aprender a no pensar. No debe confundirse con poner la mente en blanco puesto que son prácticas muy distintas.
A veces se dibuja una fina línea con otros conceptos que también están en la nube de ideas del mundo oriental relacionado con la relajación. Estos son la introspección, la reflexión, el pensamiento, el análisis y discriminación, la concentración y la visualización e imaginería. Todos estos conceptos y ejercicios no deben confundirse con la meditación, puesto que su práctica es muy distinta y los resultados que se obtienen también lo es.
Dentro del gran abanico del concepto meditación, podemos encontrar diferentes métodos que se pueden utilizar de igual manera pero que tienen pequeñas diferencias y que por tanto permiten que se adapten mejor a las necesidades o capacidades del practicante.
Meditación Vipassana
El Vipassana es una de las técnicas de meditación de la India y es una de las más antiguas. Fue enseñada por el Buda Gotama, quien la redescubrió hace más de 2500 años como un remedio universal para los males universales, en otras palabras, como un arte, en este caso, el arte de vivir.
El propósito de la meditación Vipassana es la de eliminar las impurezas mentales, cosa que concluye en una liberación y la curación del sufrimiento humano. Es un camino de autotransformación por medio de la auto-observación.
El practicante debe concentrarse en la profunda interconexión entre mente y cuerpo, como puede ser observando las sensaciones físicas que forman la vida del cuerpo y condicionan la mente. Este tipo de meditación lleva a una mente equilibrada, llena de amor y compasión.
Meditación Zen
En la escuela budista, la meditación es una de las herramientas básicas y prácticas principales. Con esta práctica se pretende llegar al estado de consciencia plena, donde ya no hay ignorancia y como consecuencia somos capaces de llegar al nirvana, un estado de ausencia de deseo y, por lo tanto, también de sufrimiento.
La meditación zen tiene como objetivo eliminar todo aquello innecesario o superfluo, a modo de erradicar todo aquel ruido que nos puede distraer de aquello importante. De este modo, conseguimos que la mente se calme y se centre con mayor capacidad en el proceso meditativo. Al hacer este proceso de eliminación de todo aquello necesario y de las distracciones, hace que esta meditación zen se parezca al minimalismo.
Los beneficios de esta meditación son varios, a modo general, mejorar el estado de salud y sirve de gran ayuda para tratar la depresión o la ansiedad y mejorar las capacidades de autocontrol y gestión de las emociones.
Meditación Mindfulness
El mindfulness se traduce al castellano como "conciencia plena". Esta técnica de meditación fomenta cambiar la forma de pensar, sentir y actuar. Su máximo propósito es mejorar la calidad de vida de las personas de manera demostrable. El mindfulness tiene como mayor objetivo el centrarse en el momento, en el aquí y el ahora.
La meditación mindfulness consigue separar la persona de sus pensamientos para que ésta pueda reconocerlos y poner en duda los patrones mentales, centrándose así en el presente. Se promueve la relajación y el bienestar del individuo a través de la concentración y el control de las sensaciones y acciones que se viven a diario.
¿Qué beneficios te aporta la meditación?
A lo largo de esta entrada ya se ha podido entrever los múltiples beneficios que supone la meditación. De todas formas, los vamos a recoger todos en este punto, a modo de resumen para terminar la parte teórica y entrar en cómo empezar.
Así que, si aun te faltaban razones para empezar con la meditación, estos son los principales beneficios y aquello que te retornará a cambio de practicarla:
- Porque mejora la concentración.
- Apacigua y purifica la mente.
- Ayuda a conocerse y genera bienestar.
- Desarrolla la compasión y el optimismo.
- Contribuye a reducir la ansiedad y los pensamientos obsesivos.
Empecemos... ¿Qué necesitas y cómo empezar?
Es hora de ponernos manos a la obra y poner en práctica todo aquello que hemos aprendido. La meditación es en su esencia despojarse de todo aquello no necesario, por lo tanto, para practicar la meditación necesitaremos solo aquello esencial para vivir, es decir, nuestro cuerpo y nuestra respiración.
Te resultará mucho más fácil conseguir concentrarte para meditar si lo haces en un espacio tranquilo y un momento del día para ti. Es importante que te centres en un método ya que sus prácticas son distintas, y debes focalizarte en el objetivo y los pasos a seguir para conseguir aquello que se propone la técnica.
Sigue esa línea concreta y profundiza en ella. Una “sentada” al día basta para empezar, pero sé constante. Y práctica con la actitud adecuada: 0% expectativas, 100% paciencia.
La postura es importante: la espalda ha de estar recta y la zona de la pelvis abierta. Para eso, lo ideal es sentarte en un cojín de meditación o zafu, pero puedes usar una banqueta, cojines o una silla. Siéntate con la pelvis más alta que las rodillas. Una vez estés a gusto, endereza la espalda. Yergue la nuca, como si tiraran de ella hacia arriba. Bascula la barbilla hacia dentro. Revisa toda la postura, relajando los músculos que estén tensos. Y simplemente respira. Ya estás meditando.
Desde Tierra Zen, esperamos que este post te haya clarificado los conceptos generales de la meditación y que haya despertado en ti las ganas de practicarla. ¡Es un mundo maravilloso! Verás todo lo que te puede aportar y cómo mejorará tu vida.