El incienso a través de la historia

El incienso no es una forma nueva de perfumar los espacios sagrados o los hogares. Ha estado presente desde hace miles de años en el día a día de la humanidad.
Ilustración egipcia donde se ve a una persona usando un incensario quemando resinas o maderas

El principio de la historia

Desde que el hombre aprendió a usar el fuego, descubrió que algunas maderas, resinas, hojas y raíces desprendían fragancias intensas cuando se quemaban: ¡cosa de dioses!

Hasta donde llega nuestra memoria

La primera mención expresa del incienso data del siglo XV a.C. ¡hace 3500 años! La encontramos en la tumba de la reina Hatsethsup, que había enviado una expedición al reino de Punt (¿Yemen, Somalia?) en busca de árboles de incienso y maderas aromáticas ya que, para los egipcios, el incienso era el "aroma de los dioses".

Foto de un incensario egipcio encendido sobre una mano

Los incensarios abundaban en templos, palacios y hasta en las casas más humildes. Los sacerdotes egipcios quemaban incienso tres veces al día: olíbano al amanecer, mirra a mediodía y kiphi al anochecer.

 ¿Qué es el kiphi?

El kiphi era una mezcla de 16 sustancias entre las que estaban cálamo aromático, canela, menta, melisa, enebro, alheña, mirra, ciprés, olíbano, salvia, romero, azafrán, cardamomo y musgo.

Posteriormente el kiphi estuvo de moda entre griegos y romanos y según el historiador griego Plutarco, esta mezcla calmaba las angustias y alegraba los sueños.

Aromas que duran milenios

En la tumba de Tutankhamon se encontraron varios recipientes conteniendo aceites y esencias que aún conservaban su aroma después de 3300 años. El análisis de su contenido reveló que contenían olíbano y nardo.

El incienso entre griegos y romanos

En Grecia y Roma el incienso era fundamental en fiestas, espectáculos de teatro o anfiteatro, en las Olimpiadas, en los banquetes privados... Muchas ciudades se hicieron ricas comerciando con incienso como Pilos, que floreció en la época micénica.

Alejandro Magno, al tomar la ciudad de Gaza, acumuló entre los preciosos objetos del botín de guerra 500 talentos de incienso y 100 de mirra.

El origen del perfume

Los romanos tomaron de los egipcios la perfumería y la costumbre de bañarse cada día en las termas y combinaron aromas y sensualidad con vigorosa extravagancia. Con ellos se origina la palabra perfume, del latín per fumun, que significa "a través del humo”.

Incensario de piedra de estilo griego con forma de cabeza que representa a un dios griego.

Un negocio floreciente y próspero

Venía incienso desde Arabia. En el Mar Rojo desembarcaba incienso incluso de China. En el siglo I un navegante griego llamado Hipalos descubrió para Occidente el ritmo de los vientos monzónicos, lo que permitió a Eudoxo navegar por el Mar Rojo y después el Océano Índico hasta la India. Un año después regresó con un cargamento de inciensos y especias. A partir de entonces cada año 120 navíos navegaban hasta la India portando incienso arábigo y volviendo con otros perfumes.

A partir del siglo IV, con el cristianismo como religión del estado romano, el uso del incienso y los perfumes entró en declive.

 

El incienso en las culturas precolombinas

El uso de la resina fue una práctica ampliamente difundida en América precolombina. Se han rescatado impresionantes ofrendas de copal del Cenote Sagrado de Chichen Itzá y de la laguna de la Luna, en el Nevado de Toluca, así como esculturas de esta resina encontradas en el Templo Mayor de Tenochtitlán.

Los copales fueron usados por las culturas prehispánicas para usos rituales, ceremoniales, festivos, terapéuticos y medicinales. Su relevancia logró sobrevivir a la propia Inquisición, utilizándose hasta nuestros días entre numerosos pueblos indígenas y mestizos.

El dios blanco

Su vigorosa vigencia se refleja en el hecho de que cada lengua y variante que se habla en el país cuenta con una palabra para referirse al copal en alguna de sus formas: árbol, resina o humo, siendo copalli en náhuatl, la más representativa por su amplia distribución.

Para los antiguos mexicanos el copal era un dios protector y lo llamaban ‘Iztacteteo’ que significa “dios blanco”, por el color del humo que emite cuando arde. En ofrendas aztecas y mayas se ha encontrado copal en forma de pequeñas tortillas, tamales o granos de maíz por lo que se piensa que el copal era considerado un alimento para los dioses.

 

Incienso de época precolombina de forma redonda con silueta de animalIncienso de época precolombina de forma redonda con silueta de cabeza humana

El incienso en la biblia

El Antiguo Testamento está lleno de referencias al incienso. En el libro del Éxodo Yahvé ordena a Moisés hacer un altar para quemar incienso:

 “y Aarón quemará sobre él incienso aromático cada mañana y cuando encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso, rito perpetuo ante Yahvé... No ofrecerás sobre él incienso extraño, ni holocausto ni ofrenda, ni derramarás sobre él libación alguna.”

¿Qué dice el Cantar de los Cantares?

"¿Qué es lo que sube del desierto, como una columna de humo, humeante de mirra e incienso, con polvo de aromas exóticos? Tus brotes, un paraíso de granadas, lleno de frutos exquisitos, nardo y azafrán, aromas de canela, árboles de incienso, mirra, aloe, con los mejores bálsamos... "

Escultura de un angelito en la fachada de una iglesia en la que está utilizando un botafumeiro (incensario) para esparcir el humo.

El incienso como ofrenda sagrada

El incienso es una oración ofrecida a Dios: "Que mi oración se eleve ante ti como el incienso".

Los Magos visitan a Jesús recién nacido: "Cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra".

 

El incienso en Japón

En Japón el incienso entró en el siglo VI con el budismo pues ayudaba a generar una atmósfera de profundidad y concentración en la meditación y los rituales de los templos.

Pronto pasó de los templos a la corte imperial dónde los cortesanos competían por hacer las mezclas de aromas más sugerentes. Siempre había incienso para recibir las estaciones del año, para agasajar a las visitas...

¿Para qué lo usaban los samuráis?

Los samuráis perfumaban sus armaduras para crear un aura de invencibilidad. Así salían a la batalla sin miedo a la muerte. Perfumaban especialmente el casco para que, si caían en la batalla, al cortarles la cabeza se alzara un perfume celestial.

Purificar el cuerpo y la menteIncensario de culto japonés de bronce y madera decorada con flores

Tampoco debía faltar el incienso para firmar un acuerdo o un contrato. La sala se purificaba con incienso de maderas aromáticas. A la entrada de los templos de Japón hay un gran pebetero para quemar barritas. Los devotos se impregnan todo el cuerpo con el humo y así disimular el horroroso olor que los humanos tenemos para los dioses.

 

 La aparición de las barritas de incienso en Japón

Las barritas de incienso se inventaron en el siglo XV y se popularizaron rápidamente. Cuando, a finales del siglo XIX, Japón volvió a entrar en contacto con Occidente, llegaron a Japón las esencias y perfumes líquidos de los europeos.

La revolución perfumada

Los maestros perfumistas japoneses investigaron para utilizar estos aceites y perfumes en las varillas de incienso. En 1905 apareció el primer incienso floral: Hana no Hana, varitas de incienso de rosa, lirio y violeta que Nippon Kodo sigue fabricando. Hoy en día, los japoneses utilizan el incienso a diario como homenaje a los antepasados, para revitalizarse en el trabajo o para perfumar sus hogares. Los aromas que eligen se convierten en parte integrante del hogar.

 

Koh Do, la ceremonia del incienso

En la era Muromachi (siglo XV) quemar incienso se convirtió en un arte: Koh Do, el camino del incienso o el arte del incienso. Se trata de una ceremonia en la que se disfrutan las fragancias y se cultiva la sensibilidad. Es una experiencia estética y espiritual, una excursión del alma a través de un mundo de elegante simplicidad de acuerdo con el espíritu del Zen.

¿Cómo se procede?Obra de arte japonesa donde se muestra la ceremonia del incienso

En una habitación tranquila los participantes sienten (escuchan) las fragancias siguiendo ciertas normas de etiqueta. Dejan atrás el ajetreo de la vida diaria, calman la mente y dirigen la mirada hacia su interior.

Al igual que el arte floral del ikebana, la ceremonia del té chado o las artes marciales, la maestría del Koh Do permite elevar el espíritu y profundizar en la concentración. Sólo se usan maderas aromáticas de aloe y sándalo.

 Las diez virtudes del incienso

Acabamos este post con las diez virtudes del incienso recopiladas por un monje Zen del siglo XVI:

  1. Facilita la comunicación con lo trascendente
  2. Purifica mente y cuerpo
  3. Elimina los pensamientos obsesivos
  4. Mantiene la mente alerta
  5. Nos acompaña en la soledad
  6. Trae paz en medio del ajetreo diario
  7. Cuando abunda, no cansa
  8. Cuando escasea, un poco también satisface
  9. Aún almacenado mucho tiempo, su fragancia perdura
  10. Usarlo cada día no hace daño

Esperamos que hayas disfrutado del contenido de este post y deseamos que te inspire para quemar incienso como se ha hecho desde tiempos inmemoriales.

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